Convenio de Estocolmo

Palabras Clave:

Plaguicidas: son sustancias químicas utilizadas para controlar, prevenir o destruir las plagas que afectan a las plantaciones agrícolas.

Volátiles: son moléculas con volatilidad intermedia, que los convierte en abundantes tanto en fase vapor como en fase condensada a presiones y temperaturas ambiente.

Dioxinas: son compuestos químicos que se producen a partir de procesos de combustión que implican al cloro.

Furano: es un compuesto orgánico que se forma durante el tratamiento de los alimentos con calor intenso.

Sistema endocrino: está compuesto principalmente por glándulas que producen mensajeros químicos llamados hormonas.

Policlorobifenilos (PCB): son una serie de compuestos organoclorados, que constituyen una familia de 209 congéneres, los cuales se forman mediante la cloración de diferentes posiciones del bifenilo.

Cadenas tróficas: Es una serie de organismos que se comen entre ellos de forma que la energía y los nutrientes fluyan de uno al otro, en muchas ocasiones hasta llegar con el ser humano.

Fotolítica: Es la disposición de moléculas por efecto de la luz.

 

Objetivos de la investigación:

  • Dar a conocer la labor y funcionamiento sobre los planes de manejo, control y mitigación del Convenio de Estocolmo.
  • Concientizar sobre el gran factor de riesgo que son los componentes orgánicos persistentes y sus consecuencias sobre la salud humana y el efecto negativo hacia el medio ambiente.

 

Resumen

Los Componentes Orgánicos Persistentes (COP) como subproductos han generado un vasto descontrol que afecta la salud humana, animal y ambiental, a pesar de que la revolución química haya contribuido considerablemente al bienestar humano. Existen convenios encargados de reducir, y con el tiempo eliminar una serie de contaminantes orgánicos persistentes particularmente tóxicos.

Debido a sus persistencia y movilidad, los COP están en todas partes del mundo, incluso en regiones alpinas y montañosas. Su atracción al tejido adiposo, fenómeno conocido como bioacumulación, significa que cuando una sustancia nociva se dispersa ampliamente y de forma ligera, gradualmente este se comienza a concentrar a medida de pasar por toda una cadena trófica.

El Convenio de Estocolmo tiene como objetivo proteger la salud humana y el medio ambiente de los contaminantes orgánicos persistentes (COP) y promover las mejores prácticas y tecnologías disponibles para reemplazar los COP actualmente utilizados y prevenir la formación de nuevos COP.

 

Introducción

El convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes (COP) es un acuerdo multinacional que, bajo los auspicios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Fue firmado en 2001 en Estocolmo y entro en vigor el 17 de mayo de 2004, tiene como objetivo adoptar medidas de control para eliminar la producción, utilización, exportación e importación de los COP. De igual manera, impulsando mejores prácticas y tecnologías disponibles para reemplazar a los COP que se utilizan actualmente.

Los COP, a causa de sus características toxicas, su gran durabilidad ambiental, su capacidad de bioacumularse en las cadenas tróficas y de trasladarse a grandes distancias, se convierte en un problema ambiental mundial para toda la humanidad, el efecto que tiene hacia los ecosistemas y a la vida de la flora y fauna, partes de las cadenas alimenticias hasta llegar al organismo humano.

Desde su creación, México firmo el convenio el 23 de mayo de 2001 donde se han establecido reglas de procedimiento y órganos subsidiarios necesarios, como el Comité de revisión de COP. Además de promover que los países integren sus Planes Nacionales de Implementación (PNI) para cumplir los compromisos que establece el convenio. Siendo así, el PNI de México se integró en octubre de 2007, al ser aprobado por el Comité Nacional de Coordinación de México, remitiéndose al secretario del convenio en febrero de 2008.

 

Desarrollo:

Los plaguicidas seleccionados como prioritarios para su eliminación global en el Convenio de Estocolmo, fueron introducidos por la industria química en el mercado de numerosos países después de la Segunda Guerra Mundial, en las décadas de 1940 y 1950, y se utilizaron en una amplia variedad de cultivos.

Los plaguicidas COP seleccionados en el Convenio de Estocolmo son: los llamados grupos organoclorados, por su estructura química basada en el carbono (por eso se denominan orgánicos), también contienen más átomos de cloro, lo que les confiere una mayor estabilidad y persistencia en el medio ambiente, también que se disuelven en grasa y se acumulan en la cadena alimenticia por lo que han sido severamente restringidos y prohibidos desde finales de 1960.

Plaguicidas de eliminación global en el Convenio de Estocolmo

Los COP que son considerados como prioritarios y objeto directo de la Convención de Estocolmo: aldrina, bifenilos policlorados, clordano, DDT, dieldrina, endrina, heptacloro, hexaclorobenceno, mirex, toxafeno, dioxinas y furanos. Se tienen algunas sustancias contempladas a ser incluidas en dicho convenio: hexaclorociclohexano, clordecona, atrazina, endosulfán, pentaclorofenol, los ftalatos, las parafinas policloradas, hexabromobifenilo, éteres bifenílicos polibromados, hidrocarburos policíclicos aromáticos, nonil y octil-fenoles, el perfluoro-octilsulfonato y los compuestos órgano-estánnicos, órgano-mercúricos y órgano-plúmbicos.

Las propiedades que caracterizan a los contaminantes orgánicos persistentes son:

  • Son altamente tóxicos.
  • Son persistentes, es decir, tiene una alta durabilidad al pasar los años e incluso décadas antes de degradarse.
  • Pueden evaporarse, logrando así, viajar grandes distancias por aire y agua.
  • Se logran adherir a tejidos grasos.

Los COP tiene un efecto significativo para el medio ambiente en una gran variedad de especies, en todos los niveles tróficos, pues están correlacionados con la disminución de la población de varias especies de mamíferos marinos, como la foca, marsopa y ballena blanca. Así, en los seres humanos están expuestos a través de los alimentos, siendo los tejidos grasos con mayor concentración de los COP.

La mayor parte de los contaminantes orgánicos persistentes deben su origen a fuentes antropogénicas, asociadas con la fabricación, uso y eliminación de determinados productos químicos orgánicos. Algunos de estos compuestos son los plaguicidas que se han utilizado durante mucho tiempo para diversos propósitos.

En mayo 2001, en Estocolmo, Suecia un total de 127 países adoptaron un tratado de las Naciones Unidas para prohibir o en dado caso minimizar el uso de doce de las sustancias tóxicas más utilizadas en el mundo, conocidas como la “docena sucia”, causantes de cáncer y defectos congénitos en personas y animales

Dicho convenio establece como tipos de COP: los intencionales (1) y los no intencionales (2). Después de que las partes firmaran el Convenio los gobernantes contaban con dos años para elaborar un plan nacional de aplicación, con el fin de aplicar todas las medidas establecidas en el Convenio que, entre otras son:

  • La prohibición de producción, uso, comercialización, exportación e importación de los COP intencionales.
  • La amenización de las emisiones de COP no intencionales.
  • La destrucción o gestión ambiental racional.

A mediados de mayo de 2004 las partes que conforman el Convenio establecieron los cinco objetivos principales de Estocolmo que son:

  • Eliminar los COP hasta donde sea posible, empezando por aquellos que plantean mayores problemas hacia la salud del ser humano y del entorno ambiental.
  • Promover alternativas más confiables con el apoyo de la investigación, como principio fundamental que promueve la situación de sustancias con características COP.
  • Acceder la inclusión de nuevos COP. Además de las 12 sustancias y las 9 incorporadas que contemplan el Convenio, existen otras con características.
  • Eliminar o controlar las existencias y los residuos que contengan COP.
  • Agrupar los esfuerzos en la eliminación de los COP mediante la promoción del intercambio de información, la sensibilización y la educación para que toda la ciudadanía tenga conciencia del peligro que suponen estas sustancias.

Existen tres tipos de exposición humana:

  1. La exposición aguda de altas dosis, la cual está involucrada a accidentes con capacitores u otra clase de equipo que maneje BPC, o por la ingestión de alimentos altamente contaminados.
  2. La exposición crónica de mediano nivel, la cual está vinculada con exposiciones laborales o al consumo de alimentos contaminados.
  3. La exposición crónica de bajo rango, la cual está ligada a la exposición de los niveles existentes en el ambiente.

El mecanismo más importante para la mayoría de estos efectos es la inducción de disfunciones en el sistema endócrino. Diversos estudios han demostrado que los COP, como la dieldrina, DDT, heptacloro, mirex, toxafeno, dioxinas y BPC pueden causar efectos en el sistema reproductivo, en el crecimiento celular, en el metabolismo de carbohidratos y lípidos, y sobre la concentración de iones y agua en el cuerpo.

México firmó el acuerdo en Suecia el 23 de mayo de 2001 y lo ratificó el 10 de febrero de 2003. Fue el primer país de América Latina en ratificar el tratado, que entró en vigor el 17 de mayo de 2004. El daño causado por los contaminantes orgánicos persistentes tiene consecuencias a nivel mundial, regional y local, es por ello que México se suscribió en el Convenio de Estocolmo como respuesta a la urgente necesidad de proteger la biodiversidad, cuyos servicios ambientales son esenciales para la salud humana.

Actualmente, México tiene un avance significativo en el control de varios de estos compuestos sin embargo, aún quedan acciones por realizar, las cuales pueden formar parte del Plan nacional de implementación del Convenio de Estocolmo, que se encuentra en proceso de elaboración con la participación de diversas dependencias. Las principales acciones que han hecho es la elaboración de estrategias apropiadas para determinar existencias, los productos y artículos en uso, así como los desechos generados, adoptar medidas de vigilancia para que se gestionen, recojan, transporten y almacenen de manera ambientalmente racional los residuos con características de COP.

 

Conclusión:

Es crucial que las personas tanto en lugares desarrollados como en lugares dedicados a la agricultura tengan la información necesaria acerca de los daños que pueden ocasionar el uso y producción de los COP ya que, al combinarse con el oxígeno, luz ultravioleta y organismos, las sustancias nuevas pueden ser más dañinas cuando se forman a partir de pequeños cambios en el medio en el que se encuentran. Estas sustancias se acumulan en los tejidos de los seres vivos y tienen efectos adversos a largo plazo sobre los seres vivos.

El acuerdo requiere que las partes tomen medidas para eliminar o reducir la producción, uso, importación, exportación y descarga de contaminantes orgánicos persistentes en el medio ambiente, la concientización y educación pública, y la participación en los planes de aplicación, vigilar que el público tenga acceso a la información disponible sobre los contaminantes persistentes y sus efectos para la salud y el medio ambiente y que esa información se mantenga actualizada.

 

Bibliografía:

https://aplicaciones.sre.gob.mx/tratados/ARCHIVOS/CONTAMINANTES_ORGANICOS.pdf

https://www.gob.mx/semarnat/acciones-y-programas/convenio-de-estocolmo

 

Autores: Miriam Paola Sotelo Damian y Oswaldo Aldair Rea Valladares

Estudiantes de Ingeniería Ambiental

Universidad Politécnica del Estado de Guerrero

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *